Capataz
De frente, siempre de frente,
ese fue tu caminar
en un mundo de costal
con aromas de arpillera,
y defendiendo a tu gente
de intrusos sin dignidad
que no saben la verdad
de una sangre costalera.
De frente, siempre de frente,
pasando de “revirás”
que intentan disimular
la carencia de un oficio,
que es lo que hace otra gente
cubiertos de vanidad
y escasos de facultad
buscando su beneficio.
De frente, siempre de frente,
sin perder nunca el honor
por martillos de favor
cubiertos de falserío,
que ofrecen los indecentes
a cambio de babear
y la píldora dorar
a intrusos que están vacíos.
De frente, siempre de frente,
así me enseñaste un día
cuando relevos no había
ni “guiapasos” de compás.
Hoy se ha marchado un decente
que a los del mundo de abajo
siempre les defendió el tajo…
Un abrazo, Capataz.
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