domingo, 27 de enero de 2013

José Ariza Sánchez, Decano de los Capataces de Sevilla


José Ariza Sánchez.

Rafael Ariza Sánchez decía de su hermano, que ya desde el vientre de su madre venía predestinado para ser capataz. Contaba, que el 2 de Febrero de 1945 se encontraba José Ariza Mancera haciendo la mudá de la Hermandad de San Esteban, y enterado de la noticia del nacimiento de su nuevo hijo (José Ariza Sánchez), corrió hacia su casa en compañía de toda la Junta de Gobierno de la citada hermandad, que querían conocer al nuevo vástago.

Sus primeros pasos son acompañando a su abuelo Rafael Ariza Aguirre. Es bonito y curioso, ver fotografías de Pepe Ariza vestido de negro, pantalones cortos y calzones tobilleros. Es decir, “cómo debían de ir los niños delante de pasos”. Pasos tales como: el Misterio de las Tres Caídas, Santa Cruz o el Baratillo. Eran tiempos en los que el abuelo decía que el niño tenía que hacer “gárgaras de alquitrán” para endurecer la voz.



Pepe siempre ha dicho que su abuelo fue su maestro, su padre y su catedrático. Sentando cátedra en 1962 ante el Misterio de los Caballos. Era la hora de salir y el fiscal pregunta a Pepe por su padre. Éste, al no poder localizarlo y ante la premura no tiene más remedio que levantar el paso y sacarlo a la calle. De este momento también hay un documento gráfico en el que se ve, a José y Rafael Ariza por detrás de la multitud observando la pericia de su pupilo.

Cómo dice José Ignacio Jiménez Esquivias en el anuario de la hermandad del Gran Poder: “Mencionar las que ha sacado en sus más de 50 años como capataz, es reproducir un programa de mano de los antiguos, de los del Monte con la gota de cera que entraba por la ranura de una alcancía”.


 Amargura, Hiniesta, Amor, Santa Marta, Beso de Judas, Bofetá, Santa Cruz, San Esteban, Baratillo, Lanzada, Buen Fin, Pasión, Negritos, Cigarreras, Los Caballos, Las dos Esperanzas, Calvario, Gran Poder y sus cofradías de la O y Soledad de San Lorenzo, son una muestra de las cofradías que confiaron sus imágenes a este Señor con Mayúsculas.


José Ariza Sánchez es un hombre de carácter serio, incluso a veces distante. Lejos de la ojana y el compadreo. Posiblemente por este motivo no es tan conocido como otros capataces, pero sin lugar a dudas uno de los mejores que hay. También hay que reseñar que es el único capataz en vida que ha conocido las dos etapas de las cuadrillas de costaleros: las “mal llamadas” profesionales y los hermanos o “niños”(como él mismo dice).



Su estilo como capataz es de un claro talante clásico. Siempre andando, haciendo fácil lo difícil, con una fe ciega en sus costaleros, que le hace apurar más que el resto con el único fruto de hacerlos sufrir lo menos posible. El culmen de su trabajo como capataz queda en el recuerdo, con los pasos del Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes (con el largo y racheo justo para que pareciera que flotaba en el aire), en la “zancá” abierta y poderosa, y las revirás andando del Señor (perdidas en la actualidad), o en la frescura del andar de su Jorobaito de Triana con la música de la Banda del Sol (perdida desgraciadamente también hace un par de años).  Su hermano Rafael decía de él que poseía las mejores cualidades de su abuelo y de su padre.






En la Semana Santa del 2009, una vez recogida la Soledad de San Lorenzo, da la triste noticia de su retirada tras más de 60 años de cofradías encima. Seguramente cansado del devenir actual de las cofradías y más directamente, del mundo de los costaleros. ¡Ojalá nunca hubieras tomado esa decisión Maestro de Maestros!

Fotografías: Facebook 

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